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Peter Zumthor, el maestro parco

Eduardo Prieto

Hay arquitectos que construyen con palabras. Otros, por el contrario, desconfían de ellas y consideran que los mejores argumentos son, en realidad, sus edificios. Es el caso de Alvar Aalto, y es también el caso de Peter Zumthor, un maestro parco en palabras pero lector de Handke y Berger, admirador de Beuys y amante del cine, que escribe poco pero bien, aunque a veces se profiera cosas como “soy un artesano que dice la verdad”. Un maestro, en fin, que, desmintiendo la mercadotecnia al uso —o tal vez interpretándola a través de una destrucción creativa—, ha sabido dosificar su presencia pública en la misma medida en que ha sido sobrio, por no decir que renuente, a la hora de difundir su trabajo.

Chesterton decía que el siglo XX había dado dos tipos de creadores: los telescopistas y los microscopistas. Los primeros intentan abarcar las grandes ideas, los grandes panoramas abiertos por la tecnología y los mercados; los segundos prefieren ceñirse a lo pequeño e intenso, siguiendo la vieja máxima de Voltaire de “cultiver son jardin”. Zumthor es, por supuesto, de los segundos: su parquedad es proporcional al alcance limitado de su radio de acción, que apenas rebasa las fronteras de su Suiza natal y los hinterländer de habla alemana.

La consecuencia es que, unidos la parquedad y el microscopismo, el atractivo por el personaje y su obra no ha dejado de crecer, sobre todo desde que en 1997 saltara a la ‘fama’ con dos obras extraordinarias: unas termas en un pueblo suizo y un museo en una ciudad austriaca de provincias. Hoy son muchos los que, tras recorrer las 98 curvas a la izquierda y 103 a la derecha necesarias para llegar al valle de Vals, peregrinan para  rendir culto a la háptica y atmosférica piscina. Un culto que, como ocurre en los de otras religiones, resulta mayor cuanto más distante es el objeto venerado; de ahí que la renuencia Zumthor acabe resultando a la mayor gloria de Zumthor. No hay muchos arquitectos que hayan sabido leer de forma tan inteligente e imprevisible las leyes de la mercadotecnia.


Publicado originalmente con el título “El maestro parco. Peter Zumthor, Opera Omnia”en Arquitectura Viva 162 (2014).