Elogio de la trama

Es
probable que no haya una construcción humana más compleja que la ciudad. De ahí
que las maneras de pensarla sean tantas como las de planificarla, construirla o
vivirla. Durante mucho tiempo, unos quisieron ver la ciudad como un problema de
creación de orden retórico y político, es decir, como un problema de formas
simbólicas. Otros, por el contrario, la entendieron como el fruto de las
funciones sociales y los programas más o menos específicos —industriales,
residenciales, dotacionales— que se derivaban de ellas. Los primeros tendieron
a ver la ciudad como una obra de arte; los segundos, como simple resultado de
la ingeniería social. Estos se arrogaron la condición de modernos y, ayudados
por economistas y sociólogos, inauguraron una nueva tradición sostenida en las
infraestructuras y los flujos urbanos. Aquellos dijeron ser descendientes de
los planificadores griegos y romanos, y prolongaron la tradición clásica de la
forma bella merced a las llamadas ‘ciudades ideales’ y sus versiones
eclécticas.
Joan
Busquets no pertenece a ninguna de las dos familias. Por edad, formación y
vocación, se sitúa en una posición intelectual intermedia, que es lo
suficientemente madura —ecos de la posmodernidad— como para desconfiar del
determinismo funcionalista, pero resulta ser lo suficientemente cabal como para
evitar las tentaciones del formalismo. Esto no quita, sin embargo, para que
puestos a calibrar la balanza, Busquets se reconozca entre los que, alérgicos
al neosociologismo hoy al uso, siguen creyendo tanto en los poderes de la forma
a la hora de crear orden y concierto cuanto en los poderes de la disciplina de
la que depende en última instancia tal empeño, la morfología urbana.
Se trata
de una querencia moderada por la forma que se evidencia con especial ambición y
coherencia en el último libro de Busquets, escrito junto a dos colaboradores de
la GSD de Harvard y cuyo título sencillo y un tanto inexacto, Ciudad
regular, versiona el original y más informativo de 2019, Urban
grids. Más allá de la cacofonía, resulta mucho más claro el subtítulo
del libro, ‘Manual para diseñar mallas y tramas urbanas’, por cuanto delimita
el objeto de estudio al mismo tiempo que anticipa la condición operativa,
incluso literalmente compositiva, del volumen, cuyo afán no es otro que mostrar
primero el orden urbano para enseñar a diseñarlo después.
Se trata
de un doble propósito que no puede ser más loable en unos tiempos en los que
los teóricos y profesores, confinados en su burbuja universitaria, tienden a
alejarse cada vez más de la vida real, y en los que los apóstoles de los nuevos
relatos sociologistas e identitarios promueven la disolución de la ciudad en un
magma fluctuante de espacios e intereses muchas veces contrapuestos, por mucho
que estos quieran armonizarse a través del dogma de la diversidad. Busquets, en
rigor, ni entra a participar en tales debates ni de hecho llega a citarlos. Se
limita a abordar las tramas urbanas mediante un proceso o método que tiene
mucho de compositivo, algo de geográfico e histórico y apenas nada de
sociológico.
El proceso
arranca, en la primera parte del libro, con un atlas en el que se incluyen un
centenar de ciudades regulares, presentadas alfabéticamente de manera que se
comience con Abu Dabi y se acabe con Zhengzhou tras pasar por Buenos Aires,
Hong Kong o Jaipur; un orden que, si bien niega las convenciones históricas y
geográficas, tiene la virtud de mostrar, desde el principio, el compromiso con
la morfología.
Esta
intencionada descontextualización sirve para que el lector centre su atención
en las reglas de la malla y sea consciente de su insoslayable adaptabilidad,
antes de embarcarse en su historia con un recorrido que principia, por
supuesto, en Grecia, y se mueve por el Renacimiento, las ciudades virreinales y
coloniales, así como por las grilles decimonónicas y sus
ampliaciones del siglo XX, hasta desembocar en el mundo contemporáneo. Después,
el autor da voz a los críticos ‘modernos’ de la malla, y presenta con cierto
detalle sus alternativas, antes de dar cuenta de la resurrección del orden
urbano por medio de una cincuentena de proyectos contemporáneos, que se
analizan con profusión mediante concienzudos esquemas y textos que son siempre
atinados.
Todo ello
conduce al último tramo del volumen, que si por un lado se plantea como una
suerte de catálogo de ‘elementos’ de composición urbana —elogio implícito de la
tradición del siglo XIX—, por el otro quiere ser una reivindicación de la malla
no tanto como eficaz herramienta del pasado cuanto como un instrumento de
presente y futuro. Un instrumento que, según Busquets, serviría menos para
crear artefactos cerrados que para organizar el tablero de juego de la vida
contemporánea, abierto siempre al matiz y al cambio.
Ciudad regular
Manual para diseñar mallas y tramas urbanas
Joan Busquets,
Michael Keller, Dingliang Yang
ORO Editions Publishers, 2021