Memoria de Mendelsohn

Cuando
concede sus dones, la fortuna suele ser arbitraria y aun atrabiliaria. Sobre
todo si es la de los críticos, inevitablemente contaminados de subjetividad, o
la fortuna que otorgan los historiadores, obsesivos de la taxonomía. La
subjetividad y taxonomía han hecho que grandes arquitectos que no encajaban
bien con el gusto predominante y que, por su personalidad, resultaban difíciles
de asimilar a las clasificaciones estilísticas, quedaran abocados al olvido. Es
el caso de Erich Mendelsohn.
Las
historias canónicas del Movimiento Moderno redujeron a este extraordinario
arquitecto nacido en Prusia Oriental en 1887 y fallecido en San Francisco en
1953 a la condición de poco más que extravagante nota a pie de página en el
desarrollo teleológico que, presuntamente, iría desde la confusión
expresionista hasta la objetividad moderna. Una nota asociada a un atractivo
pero simplista relato: el de un arquitecto que dibuja preciosos croquis en las
fangosas trincheras de la I Guerra Mundial y luego consigue materializar sus
sueños neorrománticos en edificios tan extraños como la Einsteinturm, al mismo
tiempo que atiende a multitud de encargos —sobre todo centros comerciales—
merced a sus contactos con el lobby judío alemán.
Que la
personalidad arquitectónica de Mendelsohn desborda este tipo de relatos lo
manifiestan los testimonios de la época, que dibujan una imagen más rica y
compleja del arquitecto. Por un lado, la de un artífice superdotado para el
dibujo y capaz de moverse por tipos y escalas diversos sin renunciar a su
lenguaje de formas curvas que evocan esa objetividad mecanicista trufada de
subjetividad expresionista que fue tan característica de la Alemania de los
años veinte. Por otro lado, la de un influyente pensador y divulgador de la
‘arquitectura moderna’, cuyas conferencias y publicaciones fueron seguidas en
toda Europa antes de que su estrellato quedara eclipsado por la luz de otros
nombres —Le Corbusier, Mies van der Rohe, Walter Gropius—, mucho más favorecidos
por la crítica ‘oficial’.
De manera
que Mendelsohn, probablemente el arquitecto más admirado e imitado a principios
de los años treinta —véanse, en nuestro país, el edificio Capitol y el cine
Barceló en Madrid o el club náutico de San Sebastián—, ya al final de la II
Guerra Mundial acabó relegado a la condición de rareza e incluso de anécdota,
y, a pesar de los intentos meritorios de algunos especialistas alemanes, y del
empeño en reivindicar al maestro por parte de Bruno Zevi, en lo fundamental Mendelsohn
sigue recluido en el limbo de la historia.
Sacarlo de
él, presentándolo a los lectores de habla hispana, ha sido el propósito del
profesor José Manuel Pozo en Erich Mendelsohn. Obra completa del
arquitecto, un volumen doble que, contra lo que su título sugiere, no
pretende ser una monografía exhaustiva ni actualizada, sino una aproximación al
arquitecto por la vía del facsímil comentado. El peculiar formato había sido
ensayado por Pozo en su cuidada edición de Ein Wohnhaus —obra
mayor de otro arquitecto ninguneado, Bruno Taut—. y también esta edición
reproduce con fidelidad el formato, la tipografía y las imágenes originales,
sin dejar de traducir los textos al español.
Acercarse
a la obra de Mendelsohn desde esta perspectiva permite desenterrar una suerte
de cápsula del tiempo que da cuenta tanto de la calidad intemporal de su obra
—los dibujos y fotografías son, simplemente, extraordinarios— como de la
importancia de su pensamiento. Resulta admirable, en este sentido, el trabajo
de Pozo a la hora de glosar las dos conferencias más conocidas del alemán; una
indagación hermenéutica que le ha llevado a identificar cada una de las cientos
de imágenes incluidas en ellas.
Esta
aportación forma la parte del león del segundo volumen, que se enriquece con
textos que iluminan con justicia al personaje para conformar, al cabo, una
valiosa síntesis en la que solo se echa en falta un pormenorizado estudio
acerca de la fortuna crítica —o más bien infortunio crítico— de Mendelsohn,
arquitecto que fue fundamental para su época pero que la historiografía quiso
convertir en una incómoda rara avis.
Erich Mendelsohn
Obra completa del arquitecto
José Manuel Pozo
Editorial T6, 2022