Michael Graves, blanco y posmoderno

La losa de la posmodernidad
sepultó a Michael Graves, y es difícil encontrar otro arquitecto que haya
pasado tan rápido del esplendor a la derrota. Admirado en los años del floruit figurativo
y denostado en la vuelta al orden de la década de 1990, Graves resulta ser hoy
un desconocido para los arquitectos jóvenes, aunque quizá este libro ayude a
rehabilitar algo al personaje y a parte de su obra.
Michael Graves: Design
for Life se ajusta al esquema
canónico de la biografía anglosajona. Su autor, el periodista Ian Volner,
maneja extensa y rigurosamente las fuentes para componer un texto de lectura
ágil que pone el énfasis más en la persona y sus circunstancias que en las obras.
El resultado es una etopeya muy bien construida que da cuenta de la complejidad
de un arquitecto que comenzó como entregado seguidor de Le Corbusier y acólito
del culto a lo blanco y terminó convertido en el desprejuiciado fautor de la
estética de Disneylandia.
Lo que hay en medio es el
apasionante ir y venir entre las ideas y las formas de un arquitecto
superdotado que, además de proyectar, dibujaba primorosamente y diseñaba
muebles y objetos de éxito. Un periplo contradictorio que Volner describe
prestando especial atención a tres hechos que marcaron la carrera del
arquitecto nacido en 1934 y fallecido en 2015: su estancia en la Academia
Americana de Roma, que le abrió los ojos a la belleza intemporal del lenguaje
clásico; su participación en el grupo de los Five Architects, que le dio
visibilidad en el marco de la arquitectura estadounidense; y la construcción de
las Oficinas Municipales en Portland, que hicieron de él en un arquitecto
admirado e imitado en el mundo.
Tras la lectura del libro, el lector podrá decidir con quién se queda: con el fino vanguardista o con el exitoso colorista comercial; con el amigo de la abstracción o con el cómplice de la figuración. Tendrá, sin duda, donde elegir.
Michael Graves
Design for Life
Ian Volner
Princeton Architectural Press, 2017