Menu
X

Artículos

Libros

Reseñas

X

Sociofobia, enjambres y redes

Eduardo Prieto

En 1834, Victor Hugo denunció que la imprenta había acabado con la artesanía; en 1961, Marshall McLuhan opinó que la electrónica había matado a la imprenta; hoy, son los medios digitales los que amenazan al mundo creado por la tecnología analógica. Cada cierto tiempo, el Sistema se suicida para tomar una forma más adaptada al contexto. Schumpeter llamó a este proceso ‘destrucción creativa’, pese a que lo que emerge de tales trastornos no suele ser algo creativo, ni mucho menos deseable. Tal es el caso de las ciberutopías, admiradas con un papanatismo al parecer inevitable, pero al fin ‘desenmascaradas’ gracias al rigor de dos filósofos disímiles —el español César Rendueles y el alemán de origen coreano Byung-Chul Han— que acaban de publicar sendos libros: Sociofobia y En el enjambre.

 Acogido con un éxito casi inexplicable en el erial de la ensayística española, Sociofobia desentraña con un lenguaje ajeno a las oscuridades académicas —no en vano Rendueles se confiesa admirador de Terry Eagleton— las paradojas del nuevo orden digital. Se sirve para ello de datos innúmeros y de elocuentes estudios de caso que, demorándose en fenómenos como el copyleft, el crowfunding o la cooperación 2.0, desvelan cómo las herramientas digitales, lejos de dar pie a una verdadera comunidad política, favorecen una sociabilidad fraudulenta, a ‘gusto del consumidor’ y, por tanto, fundada en las preferencias de una subjetividad discontinua más que en la verdadera reflexión.

Todo el nuevo tinglado se sostiene en una falsa conciencia, el ‘ciberfetichismo’, que es la confianza en que la tecnología hará por nosotros todo el trabajo sucio y resolverá mágicamente los problemas sociales, aunque, de hecho, el día a día no se canse de evidenciar lo contrario: Internet no impulsa la cooperación política; la limita. La razón que esgrime Rendueles es verosímil: las redes son inmediatas, pero su distancia a la realidad física las vuelve inhábiles para tratar asuntos —la pobreza, la alienación laboral, la soledad, el medioambiente— que necesariamente exigen objetivos compartidos en el tiempo e implican un arduo proceso de diálogo. Como señala el autor, las relaciones sociales «se parecen más al cristal que a la plastilina»; son frágiles, y no hay máquinas que puedan suplir los procesos deliberativos o suplantar las necesidades de cuidado fraterno que acaban teniendo nuestros cuerpos, por muy políticamente incorrecto que esto pueda sonar.

Si Sociofobia denuncia el determinismo tecnológico desde la perspectiva de la filosofía moral, En el enjambre lo hace desde la antropología. Rendueles emplea un lenguaje mordaz y en ocasiones irónico, pero en las escasas cien páginas del libro de Han no encontramos ni rastro de ironía, sino un estilo parco cuyo vocabulario se debe a un inconfundible mentor: Heidegger. Por ello, no sorprende que el panorama esbozado por Han sea, más que pesimista, desolador: Internet impone un pathos de distancia que impide el diálogo; el subjetivismo implícito en las redes transforma la ‘masa’ compacta de la modernidad en un simple ‘enjambre’ de individuos, y pone trabas a la acción política, ya que el ‘cazador’ digital no abre su ventana a la realidad, sino a otras ventanas igual de subjetivas que la suya: una suerte de mónadas digitales. La consecuencia es la destrucción del espacio público y la despolitización de la democracia, un sistema gobernado ahora por los expertos en una nueva ciencia —la psicopolítica digital—, y que tiende a adoptar la forma de un todopoderoso panóptico donde no hay ya ojo privilegiado, pues todos nos vigilamos los unos a los otros sin dejar de vivir en una vana ilusión de libertad.

El tiempo dirá cuánta exactitud hay en estos severos pronósticos. No estaría de más, por si acaso, empezar con la recomendación que Lewis Mumford hiciera hace cincuenta años: no pedir a las máquinas más de lo que realmente pueden darnos. 



Sociofobia
César Rendueles
Capitán Swing, 2013

En el enjambre
Byung-Chul Han
Herder, 2014


Publicado originalmente con el título “La ideología de la Red” en Arquitectura Viva 165 (2014).